En la mañana del 28 de agosto, en Alba de Tormes, ha comenzado el estudio del sepulcro y de los restos de Santa Teresa de Jesús por especialistas italianos que estarán a cargo del Dicastério de las Causas de los Santos. El análisis se centrará en el estado del cuerpo y de las ‘reliquias mayores’, como son identificadas partes del cuerpo como el corazón y el brazo. De esta manera, se encargarán de mantener su “conservación” y “veneración de las mismas”.
El Postulador General de la Orden del Carmelo Descalzo, P. Marco Chiesa, ha informado que el cuerpo de Santa Teresa de Jesús mantiene el mismo aspecto visual que en la anterior apertura de 1914. En relación al resultado de los estudios que se van a realizar, el Postulador General ha aseverado que aún es pronto para dar detalles. “Desde la Orden se ve oportuno hacer este trabajo y serán los especialistas los que tras su exhaustivo trabajo nos indicarán conclusiones. Sabemos, por estudios similares, que podremos conocer datos de gran interés de Teresa y también recomendaciones para la conservación de las reliquias, pero eso será en otra etapa.”, ha comentado el P. Marco Chiesa. También han sido sometidos a un proceso de limpieza los varios relicarios.
En la tarde del 30 de agosto, ha concluido la primera fase del estudio del sepulcro y las reliquias de Santa Teresa. “El equipo de científicos, liderado por el profesor Luigi Capasso, nos ha trasladado que el estado de conservación de las reliquias de la Santa es excepcional. Se concluye la primera etapa de este proceso in situ en Alba de Tormes y comienza la segunda etapa en los estudios y laboratorios de Italia. Durará varios meses. A lo largo del 2025 se llegarán las conclusiones y tendrá lugar la tercera etapa en Alba de Tormes.”, ha recordado el P. Marco Chiesa.
La primera etapa ya ha mostrado las primeras certezas sobre la salud de la Santa en los últimos años de su vida. El equipo médico ha concluido, tras este primer análisis in situ que Teresa tenía una complexión física, muy frágil. Al menos durante los últimos años caminaba muy encorvada como consecuencia de una cifosis. La cifosis suele deberse a la debilidad de los huesos de la columna vertebral, que hace que se fracturen y compriman, aunque el equipo médico ha indicado que Santa Teresa no padecía osteoporosis. La deformación de las vértebras de la columna obligaba a respirar con dificultad a Teresa, al menos, en los últimos años de su vida. A nivel médico, en este primer análisis, se ha constatado que la Santa padecía reuma y en la rodilla izquierda artrosis. En este mismo sentido, santa Teresa de Jesús sufrió en los últimos años de vida una fascitis plantar, lo que le debía causar mucho dolor al caminar. Este primer análisis indica que no hubo fractura en el brazo izquierdo. Hubo dislocamiento, sobre todo en la muñeca. Cuando la curandera de Medina del Campo, después de meses pudo ayudarla, ella y una ayudante tiraron del brazo y dislocaron su unión con el hombro. O sea, peor el remedio que la enfermedad. Ese brazo le quedó bastante inutilizado los 5 años que le duró la vida. Esta cuestión del brazo está muy acreditada en los escritos de la propia Santa Teresa y en los testimonios para su beatificación.