1 septiembre 2023 - Santa Teresa Margarita Redi, del Sagrado Corazón
(Memoria Obligatoria)
Descendiente de la noble familia de los Redi, vio la luz en Arezo (Toscana) el año 1747. Entró en el monasterio de las carmelitas descalzas de Florencia el 1 de septiembre de 1764. Enriquecida con la singular experiencia contemplativa del enunciado joánico: «Dios es amor», sintió hondamente la llamada a la vida oculta por el camino del amor y la inmolación de sí misma. Consumó en breve su vocación y la consolidó con la práctica heroica de la caridad fraterna. Descansó en el Señor en Florencia el año 1770.
Nació en Tartanedo, pueblo de la provincia de Guadalajara, el 18 de agosto de 1560. Al filo de los diecisiete años, ingresó en la fundación teresiana de San José de Toledo. Aquí, entregada a la alabanza divina, pasó toda la vida, menos los meses que permaneció en Cuerva al fundarse allí el monasterio de descalzas. Acabó sus días en la Ciudad Imperial el 13 de septiembre de 1640. Fue una monja muy apreciada de santa Teresa que la llamaba cariñosamente «Mi Letradillo». Alcanzó el sublime conocimiento de Cristo Jesús mediante una altísima contemplación de sus misterios, avivada en las celebraciones litúrgicas.
Nació en Castel Gualtieri hacia el año 1149. Solicitó su admisión entre los canónigos regulares de la Santa Cruz de Mortara. Fue elegido prior general de la congregación en 1180. Nombrado obispo de Bobbio primero (1184), y de Vercelli poco después (1185), fue designado patriarca de Jerusalén el año 1205. En su gobierno encarnó siempre el ideal del buen pastor con la palabra y con el ejemplo. Promovió incansablemente la paz. Durante su patriarcado (1206-1214) agrupó en comunidad a los hermanos ermitaños del monte Carmelo y les redactó su Regla. El día 14 de septiembre de 1214, murió en San Juan de Acre asesinado por el maestre de los hospitalarios del Espíritu Santo, a quien había amonestado y luego depuesto del cargo por su vida licenciosa.
Nació en Alençon (Francia) el 2 de enero de 1873. Entró en el Carmelo de Lisieux el 9 de abril de 1888. Durante varios años se encargó de la formación de las novicias como ayudante de la maestra. Exhaló su último suspiro en un éxtasis de amor el 30 de septiembre de 1897. Un año más tarde y en la misma fecha, salía a la luz su Historia de un alma que tanta influencia espiritual iba a ejercer con sus numerosas ediciones. Pío XI canonizó a Teresa el 17 de mayo de 1925 y la proclamó Patrona de las Misiones el 14 de diciembre de 1927. Juan Pablo II la declaró doctora de la Iglesia el 19 de octubre de 1997. Teresa del Niño Jesús es faro que ilumina los caminos del Evangelio para los hombres de hoy. El recuerdo litúrgico de la Santa llena nuestra oración de su misma vivencia espiritual. En su oficio cantamos con ella la experiencia de Dios Padre, que en su misericordia infinita ha derramado sobre nosotros el Espíritu de amor. En esa caridad divina radica el secreto de la misión de la celestial Carmelita en la Iglesia: ser el amor en el corazón del Cuerpo Místico, para vivir así la plenitud de los carismas. Evocamos también la experiencia eclesial de la Santa: su amor sin límites, hecho oblación de la propia vida a fin de que todos los hombres lleguen al conocimiento de la verdad y a la unidad que Jesús pidió al Padre.