Cien años después de la canonización de Santa Teresa del Niño Jesús, la Semi-Provincia de Nápoles organizó una semana de espiritualidad en nuestra parroquia de Santa María del Monte Carmelo, en Bari. Seis días para inspirarse en el «caminito» y redescubrir la belleza de una santidad accesible para todos.
La semana se desarrolló en seis momentos: dos catequesis y una mesa redonda sobre la actualidad del «caminito»; un concierto-meditación intercalado con cantos y textos de Teresa; una vigilia nocturna y una adoración eucarística. El punto culminante fue la solemne celebración de la Eucaristía, signo de alegría por la presencia viva de la pequeña santa en nuestra comunidad. Durante toda la semana se organizó una exposición fotográfica con más de 40 momentos de su vida, y el relicario de Teresa —en peregrinación por las parroquias de Apulia— fue expuesto a la veneración de los fieles.
Teresa nos recuerda que incluso un alma sencilla puede llegar a ser grande si ama. Con ella aprendemos a vivir lo ordinario de forma extraordinaria, a ofrecerlo todo con amor, a hacer de cada día una oportunidad para el don. De hecho, como dijo en su aparición en nuestro monasterio de Gallipoli: «mi camino es seguro, no me he equivocado».
