Este 1 de octubre, fiesta de Santa Teresa del Niño Jesús, la Iglesia salvadoreña se vestía de fiesta. Fue consagrado Obispo de Chalatenango el carmelita descalzo Oswaldo Estéfano Escobar, quien era al momento provincial del Carmelo centroamericano.
Monseñor Oswaldo Escobar es el segundo obispo carmelita en Centroamérica. El primero fue Mons. Silvio Báez, auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, quien estuvo presente y fue, junto al nuncio apostólico, León Kalenga, de los obispos ordenantes. Presidió la consagración Mons. Luis Morao Andreazza, ofm, anterior titular de la diócesis de Chalatenango.
Bajo un sol candente, a las 9:00 de la mañana, dio inició la celebración, preparada en la explanada principal de la catedral. El parque y las calles del pueblo se convirtieron en una gran catedral repleta de fieles venidos de todas partes de El Salvador y los países de Centroamérica.
Fue notoria la muestra de apoyo del pueblo así como de la familia del Carmelo allí presente. No se quedó atrás el clero con una representación de no menos de 90 sacerdotes. Y más significativa aún la presencia de unos 15 obispos, entre los que se cuentan, además de la conferencia episcopal, Mons. Óscar Andrés, cardenal Rodríguez Maradiaga, arzobispo de la arquidiócesis de Tegucigalpa. Le acompañaba también su obispo auxiliar, Mons. Juan José Pineda. También estuvo presente el obispo auxiliar de Guatemala, Rodolfo Mendoza, así como Mons. Pedro Hernández, claretiano, del vicariato apostólico de Panamá.
Para finalizar, después de 3 horas de celebración litúrgica, tomó la palabra el nuncio apostólico, quien desglosó el perfil del obispo que quiere el papa Francisco y propuso el ejemplo del Obispo y mártir salvadoreño, el beato Oscar Arnulfo Romero. El nuevo obispo, monseñor Oswaldo, agradeció la presencia y el apoyo recibido y pidió la oración de todos para que él pueda llevar a cabo la misión encomendada. Finalmente, tomó la palabra fray Francisco Javier Mena, ocd, Consejero del Carmelo Descalzo para América Latina, quien transmitió a todos palabras de gratitud a nombre del padre general OCD, Saverio Cannistrà. Le ofreció a Mons. Oswaldo la continúa oración del Carmelo y le recordó que para ser buen Obispo, le bastaba ser buen carmelita.
Con la bendición final concluyó esta celebración que ha llenado de gozo al Carmelo y a la Iglesia salvadoreña.