Quiero dirigirme a toda la Orden, frailes, monjas y laicos, en esta hora dramática y terrible, unidos al llamamiento y grito angustiado del Papa Francisco a todo el pueblo de Dios, para pediros ardientemente, como tarea prioritaria y urgente, orar intensamente y con lo mejor de nuestra fe, por todo el pueblo ucraniano que está siendo bombardeado en estos momentos.

Estamos al habla con nuestros hermanos y nuestras hermanas en Ucrania, las dos comunidades de Carmelitas descalzas de Kiev y Kharkiv, y nuestros hermanos de Berdichev. El padre delegado Jozef viaja ahora mismo hacia Kiev para estar con un fraile nuestro y con la comunidad de monjas. Algunas hermanas de Kiev han decidido ir a Polonia y ponerse a salvo. Y la comunidad de Kharkiv han decidido no salir y permanecer en el monasterio. Son las hermanas que estás más próximas a la frontera.

Hoy todos nosotros somos Ucrania. Esta mañana me decía la madre de Kharkiv que no tenían misa estos días. Les he dicho que la Eucaristía de toda la Orden es una sola con ellas. Profunda comunión con el Carmelo y el pueblo ucraniano. Todos UNO en este momento con nuestras lámparas encendidas.

Con María y José y todos Los Santos del Carmelo, te rogamos Señor por el pueblo de Ucrania.