El día 23 de junio, fue grande para el Paraguay y el Carmelo. Al fin llegó el día esperado y el estadio del Club Cerro Porteño se abarrotó de fieles que llegaron desde medio día para aclamar a su beata María Felicia de Jesús Sacramentado (Chiquitunga). La ceremonia comenzó puntual a la 16:30 de la tarde y la presidió el Cardenal Angelo Amato, Prefecto de la Congregación para la causa de los Santos; concelebraron todos los obispos de la conferencia episcopal y unos 200 sacerdotes. La ceremonia fue solemne, ágil y alegre, con una mezcla de cantos clásicos y del contagioso folclor paraguayo. Fue emocionante ver una asamblea de 50.000 personas (no sabemos los miles que no pudieron ingresar en el estadio) implicada en cada momento de la ceremonia con sus aplausos.
Unas 60 carmelitas descalzas estuvieron presentes, así como unos 40 frailes del Paraguay y los países vecinos. El día 24 se celebraron en distintos lugares celebraciones eucarísticas de acción de gracias por la beatificación de esta beata carmelita, a quien ya ayer el pueblo aclamaba como santa.
El cardenal Angelo Amato presentó a la Chiquitunga en su homilía como “una joven culta y santa, entusiasta de su fe y de su vocación de consagrada”. Una santa que “invita hoy a sus hermanas a sentirse orgullosas de su vocación y alegres en su cotidiana entrega al Señor”. Una santa que “nos invita a todos a vivir nuestra existencia cristiana e inspira a la juventud paraguaya a vivir fiel al amor de Jesús”.
El Paraguay, el Carmelo y el Cielo se llenaron, pues, de fiesta. Felicidades a todos.